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30.7.10

Historias Urbanas, Pasaje Bizarro 5ta sinfonía 5755

A veces me aburre escribir

poca inspiración y de lo bueno nada...


Sé que me detestas y no solo tú

APARTE-

La música rompió con mis esquemas
y la espera finalmente desafino tu piano,
el mío sigue tranquilo y espectante
afinado, esperando una creación única
y basta de tonteras.
Pero contigo no.

No recuerdo cual fue el último segundo,
cuando te vi, cuando te extrañé
quizás hoy también
pero mañana no estarás,
¡Hasta pronto y suerte!
regálame cultura, cariño y tus cenizas.
No creo que vuelvas

Pero si ayer fuimos amigos y hoy completos extraños
no encuentro el daño, no puedo estar en tu ser
sólo tú sabes... tampoco era el caso

Necesito otra visión
es simple...

Estamos a pocos centímetros
sofocados por aquellas danzas extrañas
provocación
y ¡vete al carajo!
No necesito esto

Luego estoy cómoda,
tu piel hace de la mía
una charla interminable
Pero me incomoda la conexión
No te quiero perfecto
No te quiero bellísimo
No te quiero loco
ni solo un poco.

Te quiero así...

Ayer estuve sentada ambientando la ranciedad misma,
¿Qué es esto, una orgía?
pudranse...
me voy...
lo intentaste una y otra vez, pero ¿sabes?
a los 24 ya deberías saber tratar...
No puedo volver a verte

Por último, me esperaste sentado en aquel muelle,
una tarde; una noche
esperaba reConocerte y ver si eras distinto...
ahí estoy esperando,
por cuanto no sé
No puedo seguir esperando...
PAUSA

Redacto como maniática un correo,
lo releo y sonrío
Algún día aquel fantasma se hará humano
y volverá a mi vida.
y no me diste nada, ni yo tampoco
un par de palabras, un poco de química
y eso.

¿Eres tú?...

Es penca, triste, tonto
pero a la vez divertido...
ilógico, creativo

Vaivenes van y vienen,
tambalean
Voy por la cuerda floja
Solo hay un equilibrio y es perfecto


Paciencia...tú..

y


A mi también me falta.

16.7.10

Dosis de paciencia

Yo no busco el amor,
simplemente lo espero

Sed de amar e inventar...

"Contigo todo y nada a medias".





Preciso

8.7.10

El Escritor Andante

Y estaba ahí el escritor, en su mesa junto a la ventana, bebiendo sentado el té, luego de una tarde nublada y húmeda. Espera la inspiración necesaria, saca su pluma y empieza a descargar palabras en el papel.
Llega el caballero andante al castillo en llamas. Escucha el alarido de un dragón y su sorpresa pasa brutalmente a desesperación.
Corre como nunca lo habia hecho en su vida, escaleras, muebles ardiendo, el dragón destruyendo todo a su paso.
Mientras en la última habitación de la última torre yacía su amada princesa, inconciente por el humo.
Repentinamente el dragón ataca el brazo del caballero, el cual solo reaccionó a cubrirse con su escudo.
Siente todo el calor pasando alrededor de el, su rostro, sus manos, casi pierde la consciencia. Su brazo carbonizado deja caer su escudo... pero no, ¡su amada!, no era momento para dudar. Reúne todas las energías que le quedan y atraviesa todo lo que encuentra en su camino, corriendo, gritando, dando toda su carne y sangre por aquella única que lo había hecho realmente soñar, aquella única que lo hacía sentir vivo. De pronto comienza a llover, se calman las llamas, el dragón se comienza a disolver, el caballero se comienza a disolver, el mundo alcanza un silencio y una paz irreales. Repentinamente todo se comienza a ir abajo, caen rayos negros del cielo, todo se comienza a deformar. El escritor ya no sabía que era lo que hacía, arrugó el papel y lo arrojó lejos, donde cayó junto a tantos otros que habían por allí. Ya no era un escritor fecundo, no desde la muerte de su esposa, pero no le importaba. Se queda quieto, se seca los ojos y toma un sorbo de su taza de té. Toma otro papel y comienza de nuevo... sabe que tarde o temprano el caballero tiene que ganar.


por Felipe Toledo