El caos deviene de la nada
Con aroma a cuento de hadas
y muy poco suspenso...
Y la sombra que a lo lejos
sentada, cavila ya sin aliento
da su ultimo esfuerzo
por comprender esta historia,
que a futuro se hará memoria
mientras su honra sigue en juego.
No hay princesa en el castillo,
no hay valiente que la defienda.
El caballo marrón sigue hambriento
por falta de pasto y siembra.
Un criado ríe a lo lejos,
mientras lee y recrea el cuento,
Lo absurdo mezcla lo falso
y lo verdadero se hace superfluo
Van y vienen sensaciones
como cristales que se entierran
y se pierden en arena.
Dando un último esfuerzo
La sombra consigue entender
y el recuento finalmente es:
La princesa no es más que inquilina
y el príncipe su peón y donde caben más que dos
se agrega caballo fiel lacayo
y el criado es cual descubre quién destapa...
¡Reino entero se agita con la Sarta!
Ya no hay final con perdices
y lo bizarro es inminente...
pero triste o enredosamente
el desenlace ya estaba escrito,
unos que "injusticia" reclaman a gritos
y otra que se pierde sin dejar rastro...
Cuando la cosecha ya ha avinagrado
Quedándose Príncipe y Caballo inquietos.
y así sucedió en aquel pueblo lejano
que no ha vuelto a ser pisado,
y colorín colorado,
este cuento no se ha acabado. . .