El pájaro observa cautelosamente desde su esquina áurea...
Dos lineas convergen en perfección y abarcan todo el horizonte donde vislumbra lugares remotos,
inciertos pero con un futuro prometedor.
Una incertidumbre quizá pero una tranquilidad interior que nadie le quita. Pronto el pequeño
pájaro decide emprender el vuelo guardándose para sí todas estas cosas y en un zigzageante pero
hermoso volar abarca todo ese horizonte áureo...
Son muchos los lugares donde puedes ir aún y muchos los caminos para llegar pero ¡no te canses
pequeño pájaro!... sigue, vuela hasta lo alto, hasta la copa del árbol preciso o hasta el paraíso que
aún no conoces. Olfatea y persigue esa ruta donde nacen cosas nuevas; donde encuentras lo que
siempre fue para ti.
¡Tú puedes!
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